Hoy, después de dos días me di cuenta de que se llevaron a mi iguana ( y ni foto le tomaron) .Sé que es lo mejor para ella (asumiendo que es hembra, porque nunca supe). Tendrá una mejor vida en la Junglita de Timo comparada con la vida que llevaba en la pared de mi cuarto. Estaba haciendo memoria de cuánto tiempo estuvo conmigo y todavía no me lo puedo creer. Me la regaló mi ex en mi cumpleaños en el 2005. Esa iguana sobrevivió 4 inviernos en mi casa.
Godzi Fi, como le llamó mi ex en ese entonces, tiene su historia. Digamos que antes de Godzi existía otra iguana, pero se me perdió en el jardín de la casa de mis abuelos. Fue muy triste, ya que después de un año uno tiende a encariñarse con su mascota y en lo particular, las iguanas me encantan. Unos años después, llega a mi casa otra iguana y nunca pensé que fuera a durar tanto. Claro que se dio sus escapadas. Hubo hasta semanas que duró perdida en el limbo de mi cuarto, pero siempre la encontraba. Le gustaba posarse en el montón de monos de peluches que tengo por ahí arrumbados en un rincón en mi cuarto. Escalar paredes ni se diga, era la reina. Corría muy rápido y era difícil alcanzarla. En dos ocasiones, mis hermanas, en el intentó de pescarla para que no se escapara le arrancaron la cola. Las iguanas tienen un mecanismo de defensa muy particular: cuando se sienten amenazadas o atrapadas de la cola, la sueltan. Verán, ver una iguana sin cola es muy chistoso. Claro que la primera vez que sucedió me freakée y casi mato a mi hermana más pequeña. Total que la cola creció y todo regresó a la normalidad.
Esa iguana era una pequeña parte de mí y a pesar de que ya casi no le prestara atención y que olvidaba alimentarla, no quería que se fuera. Pero era necesario. La iguana creció y ya no cabía en su pecera, era mucho más difícil cuidarla. Así que se la llevaron sin mi concentimiento. Dicen por ahí que esas iguanas pueden crecer hasta 2 metros. Lo único que espero es que mi iguana sea feliz en su nuevo ambiente: libre y con otras iguanas.
Godzi Fi, como le llamó mi ex en ese entonces, tiene su historia. Digamos que antes de Godzi existía otra iguana, pero se me perdió en el jardín de la casa de mis abuelos. Fue muy triste, ya que después de un año uno tiende a encariñarse con su mascota y en lo particular, las iguanas me encantan. Unos años después, llega a mi casa otra iguana y nunca pensé que fuera a durar tanto. Claro que se dio sus escapadas. Hubo hasta semanas que duró perdida en el limbo de mi cuarto, pero siempre la encontraba. Le gustaba posarse en el montón de monos de peluches que tengo por ahí arrumbados en un rincón en mi cuarto. Escalar paredes ni se diga, era la reina. Corría muy rápido y era difícil alcanzarla. En dos ocasiones, mis hermanas, en el intentó de pescarla para que no se escapara le arrancaron la cola. Las iguanas tienen un mecanismo de defensa muy particular: cuando se sienten amenazadas o atrapadas de la cola, la sueltan. Verán, ver una iguana sin cola es muy chistoso. Claro que la primera vez que sucedió me freakée y casi mato a mi hermana más pequeña. Total que la cola creció y todo regresó a la normalidad.
Esa iguana era una pequeña parte de mí y a pesar de que ya casi no le prestara atención y que olvidaba alimentarla, no quería que se fuera. Pero era necesario. La iguana creció y ya no cabía en su pecera, era mucho más difícil cuidarla. Así que se la llevaron sin mi concentimiento. Dicen por ahí que esas iguanas pueden crecer hasta 2 metros. Lo único que espero es que mi iguana sea feliz en su nuevo ambiente: libre y con otras iguanas.
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