Monday, March 28, 2011

Recuerdos

Nunca antes alguien me había regalado algo que significara tanto y que fuera tan importante. Hace unos cuantos años, me regalaron una esclava, y no cualquier esclava. La esclava del abuelo. Recuerdo que la esclava tenía un significado muy importante para la personita que me la regaló. Era lo único que quedaba del abuelo. Recuerdo que me la regalaron antes de irme a Australia, hace tres años. No me quité la esclava en dos meses, la portaba conmigo SIEMPRE. Me recordaba a él, a lo mucho que lo extrañaba. Contaba los días para volverlo a ver. Joven el amor (habremos tenido como 8 meses juntos antes de irme) pudo soportar la distancia por dos mesezotes.

Como Australia estaba muy lejos, las llamadas eran limitadas. Además, estábamos a 17 horas de diferencia, por lo que llamar a horas decentes en Australia eran horas indecentes en Monterrey y viceversa. Hablábamos una vez por semana, si bien nos iba. Pero esas llamadas eran wowww... No importaba que él tuviera que levantarse a las 6 de la mañana para tomar mi llamada, porque realmente lo que los dos esperábamos era hablar el uno con el otro y cuando escuchaba su voz, aunque estuviera del otro lado literal del mundo, me sentía feliz, y hasta me temblaba la voz de emoción. Y hablábamos como una hora por teléfono. Le contaba de mis aventuras por la playa, de lo fría que era la noche sin él, de los viajes programados, de las salidas, de los amigos. Podíamos hablar de lo que fuera. Y la verdad, me encantaba! Y ni se diga el número de correos enviados que tuve, a pesar de tener el acceso a Internet un poco limitado, me tomaba mis tiempos para mandar correos extensos, correos tan simples que podían sólo decir Te amo y con eso era suficiente. Y pasaron los dos meses, se fueron tan rápido como llegaron y la verdad es que todo resultó muy bien. Tuve tiempo para extrañarlo, para pensarlo, y realmente me di cuenta que era el hombre con el que quería estar. Hace tres años prometimos ahorrar para hacer el mismo viaje, sólo que esta vez a España y los dos, juntos. Y hoy estoy aquí haciendo los planes para irme a España en Agosto, al mismo evento, pero planes sólo para mí, proyectos que debo de concluir, una etapa en mi vida que debo de cerrar.

Bien sé que no puedo deshacerme tan fácil de esa esclava, que me trae todos estos recuerdos. Y sé que no puedo borrar todas esas historias, y esas anécdotas que aún hoy me hacen sonreír. No quiero estar atada a estas historias típicas de amor rosa. No quiero pensar que todos esos planes que tenía murieron por la paz. Pero es necesario, para no sentir que sigo aquí. Deshacerme de aquello que me liga a él aunque no quiera. Planes a futuro hay y demasiados. Ahora sólo queda empezar otra vez.

3 comments:

  1. Bien por tu Blog, sólo un comentario la referencia que citas en tu perfil no es de García Márquez, es un poema de Johnny Welch a su marioneta "El mofles"
    Saludos

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  2. mm... gracias por el dato. Unas páginas dicen que es de García Márquez, pero sabemos como a veces no podemos confiar mucho en lo que se dice en la red, ahorita lo cambio.

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  3. Sometimes letting go it's almost impossible.

    Cheers!

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