Sunday, August 26, 2012
A pesar de todo, soy afortunada
Hoy me robaron los focos de mi recién comprado Focus 2012 y morí del infarto y lloré del coraje y me siento impotente y le deseé el mal al wey ladrón (pensé ojalá le pase algo al cabrón). Y me pongo a pensar y siempre digo que soy la persona menos afortunada en el mundo, digo y me quejo porque todo me pasa a mí, por que tengo pinche mala suerte y porque nunca me he ganado nada, ni en la rifa de chicles.
Pero tengo que comenzar a pensar positivo y comenzar a entender que sí soy una persona afortunada. Me ha ido bien en la vida, y que me roben los focos de mi carro no hace mi vida negra. Tengo la fortuna de tener a mi familia completa, que a pesar de que esté medio rota ahí está y me quieren.
Tengo la fortuna de haberme podido ir de viaje a Europa durante un mes completo, conocer 12 diferentes países, conocer personas nuevas y hacer nuevos amigos en el resto del mundo. Tengo la fortuna de haber viajado a Australia hace varios años, y de haber estado allá en un evento mundial. Tengo un buen trabajo, en donde me aprecian y me valoran. Tuve la fortuna de poder comprar mi propio carro, aunque ahorita esté incompleto. Es mi carro, con mi sudor y mi esfuerzo. Tengo una carrera terminada de una universidad prestigiosa, nunca batallé con el dinero, tuve lo que necesité toda la vida. Vivo en una casa bonita, en una ciudad tranquila y la verdad a veces paso por alto todo esto y sólo me enfoco en lo malo que me pasa.
Que si me equivoqué en una decisión personal, que si me robaron mi celular, que si perdí mi bolsa, que si me rallaron el carro por atrás o me robaron los focos. Que si mi trabajo me exige a veces un poco más de lo que puedo dar. Sí. Tal vez me pasa todo esto malo, pero al final del día doy gracias. Porque al día de hoy nunca he estado en ningún accidente de vida o muerte, no me han tocado balaceras a mí, ni a nadie cercano en mi familia, estoy con excelente salud y es lo único que necesito para ser feliz.
Y pues ya, mejor doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado.
Pero tengo que comenzar a pensar positivo y comenzar a entender que sí soy una persona afortunada. Me ha ido bien en la vida, y que me roben los focos de mi carro no hace mi vida negra. Tengo la fortuna de tener a mi familia completa, que a pesar de que esté medio rota ahí está y me quieren.
Tengo la fortuna de haberme podido ir de viaje a Europa durante un mes completo, conocer 12 diferentes países, conocer personas nuevas y hacer nuevos amigos en el resto del mundo. Tengo la fortuna de haber viajado a Australia hace varios años, y de haber estado allá en un evento mundial. Tengo un buen trabajo, en donde me aprecian y me valoran. Tuve la fortuna de poder comprar mi propio carro, aunque ahorita esté incompleto. Es mi carro, con mi sudor y mi esfuerzo. Tengo una carrera terminada de una universidad prestigiosa, nunca batallé con el dinero, tuve lo que necesité toda la vida. Vivo en una casa bonita, en una ciudad tranquila y la verdad a veces paso por alto todo esto y sólo me enfoco en lo malo que me pasa.
Que si me equivoqué en una decisión personal, que si me robaron mi celular, que si perdí mi bolsa, que si me rallaron el carro por atrás o me robaron los focos. Que si mi trabajo me exige a veces un poco más de lo que puedo dar. Sí. Tal vez me pasa todo esto malo, pero al final del día doy gracias. Porque al día de hoy nunca he estado en ningún accidente de vida o muerte, no me han tocado balaceras a mí, ni a nadie cercano en mi familia, estoy con excelente salud y es lo único que necesito para ser feliz.
Y pues ya, mejor doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado.
Wednesday, August 22, 2012
Poesía Vertical IV
Encontré este texto y me gustaría compartirlo:
Hemos amado juntos tantas cosas
que es difícil amarlas separados.
Parece que se hubieran alejado de pronto
o que el amor fuera una hormiga
escalando los declives del cielo.
Hemos vivido juntos tanto abismo
que sin ti todo parece superficie,
órbita de simulacros que resbalan,
tensión sin extensiones,
vigilancia de cuerpos sin presencia.
Hemos andado tanto sin movernos
que los viajes ahora se descuelgan
como abrigos inútiles.
Movimiento y quietud se han desunido
como grados de dos temperaturas.
Hemos perdido juntos tanta nada
que el hábito persiste y se da vuelta
y ahora todo es ganancia de la nada.
El tiempo se convierte en antitiempo
porque ya no lo piensas.
Hemos callado y hablado tanto juntos
que hasta callar y hablar son dos traiciones,
dos sustancias sin justificación,
dos substitutos.
Lo hemos buscado todo,
lo hemos hallado todo,
lo hemos dejado todo.
Únicamente no nos dieron tiempo
para encontrar el ojo de tu muerte,
aunque fuera también para dejarlo.
(a Antonio Porchia)
[IV - 25]
Hemos amado juntos tantas cosas
que es difícil amarlas separados.
Parece que se hubieran alejado de pronto
o que el amor fuera una hormiga
escalando los declives del cielo.
Hemos vivido juntos tanto abismo
que sin ti todo parece superficie,
órbita de simulacros que resbalan,
tensión sin extensiones,
vigilancia de cuerpos sin presencia.
Hemos andado tanto sin movernos
que los viajes ahora se descuelgan
como abrigos inútiles.
Movimiento y quietud se han desunido
como grados de dos temperaturas.
Hemos perdido juntos tanta nada
que el hábito persiste y se da vuelta
y ahora todo es ganancia de la nada.
El tiempo se convierte en antitiempo
porque ya no lo piensas.
Hemos callado y hablado tanto juntos
que hasta callar y hablar son dos traiciones,
dos sustancias sin justificación,
dos substitutos.
Lo hemos buscado todo,
lo hemos hallado todo,
lo hemos dejado todo.
Únicamente no nos dieron tiempo
para encontrar el ojo de tu muerte,
aunque fuera también para dejarlo.
(a Antonio Porchia)
[IV - 25]
Monday, August 20, 2012
Cuando nada va bien.
Cuando nada va bien, báilalo.
Cuando has perdido la razón, grítalo.
Cuando todo parece ser color negro, escríbelo.
Es en estos momentos de mi vida que desearía tener a alguien
que me dijera: Todo va a estar bien. Todo va a ir mejor. Creo que se ha juntado
todo: el trabajo, la soledad, la tristeza, la confusión. ¿Cómo puedo estar bien
con alguien más si no estoy bien conmigo? ¿Cómo cambió todo esto en 4 meses?
Recuerdo estar muy feliz por estas oportunidades que se presentan. Recuerdo
haber brincado de alegría, soñado que me convertía en esta mujer exitosísima. Y
lo estoy logrando, ¿pero a costa de qué? Me siento tan confundida.
¿Qué es lo que sigue en mi vida? Cómo se supone que tengo
que superar toda esta etapa que define mi existencia, mi propósito, mi destino
y mi camino. Tomar derecha o izquierda. Elegir. Me cuesta tanto elegir cuando
se trata de mi vida. Si se trata de toma de decisiones en el trabajo, en un dos
por tres las estoy haciendo. Pero cuando se trata de mí, no las puedo tomar. No
sé qué es lo que quiero para mí. Solía estar enamorada de mi trabajo, y ahora…
no lo estoy tanto. ¿Qué me ha pasado? ¿Qué es lo que me desilusiona si todo
apunta que me irá muy bien?
Y contigo, ¿qué va a pasar? Desde el primer año de noviazgo
me imaginé a tu lado, casada y con tres hijos. Me imaginé a tu lado al tener 80
años, tomando tu mano. Pidiendo el abrazo de lado al caminar, o acostarme en tu
pecho al final del día. Imaginaba todo un mundo rosa en donde no peleáramos,
donde no discutiéramos, donde fuéramos felices. Imaginaba todo contigo, la
búsqueda de nuestra casa, irla amueblando para que quedara bonita. Imaginaba
que estarías ahí conmigo cuando me promovieran, cuando pusiéramos nuestro
negocio y fuéramos independientes.
Pero te tengo que dejar. No puedo estar más contigo. No es
que no quiera luchar por ti, es que simplemente ya tuve suficiente. Perdóname.
Y de mi vida, sólo queda esperar. A que arregle mis locuras,
a que sepa qué es lo que quiero hacer o lograr. ¿A dónde voy? ¿Y por qué me
siento tan sola?
A veces sólo me da por llorar, pero no lo admito, porque me
creo fuerte. Pero me he estado rompiendo.
Monday, August 13, 2012
Post-olimpiadas
Siempre he sido fan de las olimpiadas. Recuerdo cuando estaba pequeña y solía ver las olimpiadas en la televisión con mi mamá. Tenía que verlas cada vez que estaban en la tele. En aquél entonces lo que más me llamaba la atención era la gimnasia, pues en ese entonces, a mis 8 años de edad era gimnasta. Hacía los "flys" hacia atrás, las marometas voladoras, los brincos hacia adelante y hacia atrás. Mi hermana hasta la fecha comenta que era muy talentosa. Entonces cuando veía eso en la televisión a tan temprana edad, no sabía lo que significaba estar ahí. Sólo sabía que quería ser como esas niñas de la televisión en traje apretado, con el cabello recogido, la cebollita por atrás.
Pasaron los años y fui cambiando de deporte. Hice de todo, jugué voleibol, fútbol (aunque en este deporte realmente apestaba), tenis (que dice mi papá que tenía mucho futuro en este deporte), y terminé en natación. Hice natación por casi 14 años. Entrené por dos horas diarias durante casi 10 años de esos 14 años. Hice y deshice, me esforcé tanto, y cada vez que veía pasar las olimpiadas soñaba que quizás en este deporte lo lograría. Quizás podría estar ahí, aunque fuera únicamente en dos pruebas, lo iba a hacer. Fui a regionales, nacionales, conocí muchísimas ciudades entre ellas: Guadalajara, San Luis Potosí, Ixtapa, Aguascalientes, Austin, EUA, entre otras. Vivía para competir. Estuve a centésimas de llegar a la olimpiada juvenil, y me quedé a tan poco.
Cuando veo las olimpiadas y veo a las nadadoras me pongo a pensar en todo lo que debieron haber sacrificado, en todo lo que debieron haber dolido esas horas de entrenamiento diario, esas horas de cansancio, de esfuerzo... y la verdad dejo ir una lágrima. Porque no me esforcé lo suficiente. No logré el objetivo. Pero por eso me encanta ver las olimpiadas y me siento orgullosa de ver a México en ellas. Me siento orgullosa de todos aquellos que pudieron pisar tierras olímpicas alguna vez porque sé lo que significa todo ese esfuerzo, que quizás a veces no se reconoce. Pero ese esfuerzo cuenta.
Y cada cuatro años me doy la tarea de ver las olimpiadas para recordarme que todo se puede en esta vida. Todo es posible cuando uno lo desea lo suficiente como para hacerlo realidad.
Pasaron los años y fui cambiando de deporte. Hice de todo, jugué voleibol, fútbol (aunque en este deporte realmente apestaba), tenis (que dice mi papá que tenía mucho futuro en este deporte), y terminé en natación. Hice natación por casi 14 años. Entrené por dos horas diarias durante casi 10 años de esos 14 años. Hice y deshice, me esforcé tanto, y cada vez que veía pasar las olimpiadas soñaba que quizás en este deporte lo lograría. Quizás podría estar ahí, aunque fuera únicamente en dos pruebas, lo iba a hacer. Fui a regionales, nacionales, conocí muchísimas ciudades entre ellas: Guadalajara, San Luis Potosí, Ixtapa, Aguascalientes, Austin, EUA, entre otras. Vivía para competir. Estuve a centésimas de llegar a la olimpiada juvenil, y me quedé a tan poco.
Cuando veo las olimpiadas y veo a las nadadoras me pongo a pensar en todo lo que debieron haber sacrificado, en todo lo que debieron haber dolido esas horas de entrenamiento diario, esas horas de cansancio, de esfuerzo... y la verdad dejo ir una lágrima. Porque no me esforcé lo suficiente. No logré el objetivo. Pero por eso me encanta ver las olimpiadas y me siento orgullosa de ver a México en ellas. Me siento orgullosa de todos aquellos que pudieron pisar tierras olímpicas alguna vez porque sé lo que significa todo ese esfuerzo, que quizás a veces no se reconoce. Pero ese esfuerzo cuenta.
Y cada cuatro años me doy la tarea de ver las olimpiadas para recordarme que todo se puede en esta vida. Todo es posible cuando uno lo desea lo suficiente como para hacerlo realidad.
Sunday, August 12, 2012
La receta de los tres quesoss
Ayer hice por priemra vez la receta de la crema de tres quesos para preparar una cena deliciosa de ravioles (que no estaban tan buenos), pero Diooos esa salsa (crema) de tres quesos estabaaaaa deliiiciosaaa, tanto que le quitó el feo sabor a los ravioles pre-preparados.
Y pues para dejar la receta por aquí en caso de que la olvide y pueda regresar a consultarla a este humilde blog... es la siguiente:
1 bote de crema Lyncott para batir
1 barra de queso azul (blue cheese)
1 barra de queso de cabra
suficiente queso parmesano para dar el sabor
1/6 de cebolla previamente asada
1 cucharadita de pimienta
Freír la cebolla con un poco de aciete, agregar la crema para batir, ir agregando los quesos en cualquier orden hasta que quede una crema deliciosa lo suficientemente líquida, si queda muy espesa, agregar más crema batida.
Y listo, agregue la salsa de tres quesos a cualquier pasta y empiece a disfrutar de la delicia preparada.
Y pues para dejar la receta por aquí en caso de que la olvide y pueda regresar a consultarla a este humilde blog... es la siguiente:
1 bote de crema Lyncott para batir
1 barra de queso azul (blue cheese)
1 barra de queso de cabra
suficiente queso parmesano para dar el sabor
1/6 de cebolla previamente asada
1 cucharadita de pimienta
Freír la cebolla con un poco de aciete, agregar la crema para batir, ir agregando los quesos en cualquier orden hasta que quede una crema deliciosa lo suficientemente líquida, si queda muy espesa, agregar más crema batida.
Y listo, agregue la salsa de tres quesos a cualquier pasta y empiece a disfrutar de la delicia preparada.
Thursday, August 9, 2012
Subscribe to:
Posts (Atom)