Día #2
Cómo me gustaría poder llamarte y decirte que te extraño. Que todo esto que nos ha pasado no ha sido justo, que tú y yo somos perfectos el uno para el otro. Que te amo, tal y como eres. Que acepto tus fallas. No puedo marcarte, ni decirte nada, y escribir sobre ti es mi consuelo. Es mi manera de platicarte, de no sentirme sola. De saber que de alguna manera u otra me escuchas. Pienso todo el día en ti, pienso en si pensarás en mí, me torturo día a día.
Cómo decirte que no te vayas, si ya has estado tan lejos de mí. Quédate conmigo. Tú y yo pertenecemos juntos. El sólo pensar que no eres mío me da ñáñaras en el estómago y se me retuerce el intestino. Dime que todo va a estar bien, que lo vamos a intentar. Que no tiraremos una relación de 3 años a la basura. Espérame a que llegue. Ya te quiero ver, te quiero abrazar, besar, olvidarme de este sentimiento que me deprime.
Aguanta un poco más.
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